25.4.24

¿Puede gobernar la izquierda en España?

Parece una pregunta tonta y no lo es. Desde los años 30 del siglo XX, cada vez que gana en unas elecciones la izquierda, si su victoria no viene a continuación de una debacle contundente de la derecha, se produce por parte de esta, una NO aceptación de los resultados electorales. Y a partir de esto, la construcción de un Golpe de Estado de diversa intensidad y grosor. Hay muchas maneras de entender lo que podríamos llamar un Golpe o Golpecito o Empujón de Estado.

La derecha desde hace casi un siglo no acepta de forma natural y deportiva, que a veces se puede perder, como a veces se puede ganar. 

No lo admitieron en 1936; tampoco cuando Adolfo Suarez que era de derechas intentó ser levemente socialdemócrata aunque haya que reconocer que en esos años de 1980 y 1981 también empujaron desde el PSOE a no querer reconocer respeto a la figura de Presidente de Gobierno. Y así hasta la fecha.

Podría continuar hasta la actualidad, en donde los ataques hacia la izquierda se pueden dibujar de muy diversas maneras, pero han sido perfectamente planificadas tras el ascenso de Podemos, y otra vez más con ayudas diversas, reconociendo que además de algunos medios de comunicación o de presión mediática, también el PSOE quiso mirar hacia otro lado.

Dicen en mis tierras vitales, que cuando ves las barbas de tu vecino pelar, lo mejor es poner las tuyas a remojar. Y no lo quisieron ver los socialistas que cuando en el verano de 2015 las encuestas apuntaban a un sorpasso de Podemos al PSOE, pensaron en invertir esos datos sin darse cuenta que no era bueno jugar a joderlos a base de descréditos falsos.

La derecha del PP, perfectamente organizada, supo acabar con Podemos, con Ciudadanos, con UPyD pero quedando marcados por el empuje de VOX que los marea y los acompaña dándoles sombra. Efectivamente, la izquierda también ayudó con su acción o sus silencios.

Estamos ya en el 2024, y la sensación es de tristeza. Así que se puede decir que somos un país poco demócrata. Cuando se mezcla y se dejan mezclar ellos mismos, los distintos poderes para medrar, las cosas se pudren. Ha sucedido en los últimos meses con António Costa en Portugal o con Mónica Oltra en Valencia. Sucedió con diversos casos contra Podemos y sus dirigentes. 

Quien sale perdiendo es España y los españoles. Incluso diría que Europa no se puede permitir estos lujos de graves errores políticos, en tiempos complicadísimos. Debilitar el Sur de Europa, tiene un precio muy alto, pues aunque gobiernen las derechas, los climas sociales no se calman, excepto que se sepan calmar.

Hablaba antes de las cuatro o cinco opciones que tiene Pedro Sánchez de cara al lunes, y algunas me parecen totalmente equivocadas si finalmente son las elegidas. Yo apuesto (deseo) más por un giro de Gobierno, de timón, incluyendo nuevas personas con un perfil mucho más duro e inteligente en la política de enfrentamiento. 

En estos tiempos, observar a ministrxs que acompañan al Presidente con sonrisas en la boca me produce tristeza. No son tiempo de pérdidas de tiempo, de blanduras, de sonrisas, de excesos en las respuestas, no son tiempos de oralidad que ya sabemos que no sirve. 

No son tiempos de quedar bien, sino de gobernar y defender la democracia y la paz global. De hablar con los ciudadanos, una vez que se ha demostrado que es imposible hablar con y entre los políticos.

Y aguantar mirando al frente y sin escuchar individualidades que ya han demostrado antes de quien cobran.


¿Qué puede hacer Pedro Sánchez? Cuatro opciones, que serían cinco


Todos damos por hecho que Pedro Sánchez el lunes verbalizará una de las tres decisiones que puede tomar tras la carta publicada en X, anunciando un periodo de reflexión. Pero en realidad hay cuatro opciones y no tres. Y una quinta que sería no hacer nada.

Descartando totalmente que el lunes anuncie que no pasa nada y que un calentón lo tiene cualquiera; pues eso supondría un fortalecimiento de las tesis de los que le atacan, nos quedan las siguientes opciones:

Dimitir como Presidente del Gobierno y que el Congreso elija a otra persona

Convocar Elecciones Generales en Junio para celebrarlas en Julio o Agosto, y así que sean los españoles los que opinen

Someterse a un Cuestión de Confianza en el Congreso, para revalidar o no sus apoyos

Romper todas las relaciones con el PP, a todos los niveles y espacios, y gobernar rayando los límites

Estos cuatro días hasta el lunes los va a utilizar para escuchar, para tomar buena nota de quien le llama y quien no, incluidos todos los que podamos imaginar. Y tomar buena nota de lo que le proponen. 

Es lo lógico. En estas situaciones se debe valorar todo, pero sin duda se parte de una premisa lógica: Ya nada será igual a como era antes. Y es importante saber qué y quien te habla y de qué.

24.4.24

Pedro Sánchez se ha cansado. Cuidado con no saber defendernos


Cuando esta mañana he escuchado a Pedro Sánchez muy dolido al enterarse de la denuncia hacia su esposa, he pensado lo mismo que pensé en su momento cuando dimití de un cargo político gratuito que yo tenía. ¡Hasta aquí hemos llegado! No es comparable el motivo, pero sí la sensación. Hay puntos de no retorno, excepto que recibas un apoyo muy alto.

Quien no ha estado dentro de la política no sabrá de qué hablo. Podemos estar de acuerdo o no con quien gobierna o es representante de un cargo para "otros", aunque sea una empresa o una Vocalía de Distrito, pero hay que respetar a lo que representa. 

O sabemos separar esto, el cargo que se representa y que es el fundamento, de la persona que tiene ese cargo y del debido respeto a lo que se representa…, o nos estamos quedando sin políticos que quieran ser políticos, que es una cosa muy diferente a ser trabajadores de la política.

Es lógico —como dice Pedro Sánchez en su carta pública— que haya llegado del momento de preguntarse si merece la pena continuar. 

Por salud personal, por respeto a lo que representa. Para que todos los españoles tomemos conciencia de lo que está pasando. Cuidado con las herramientas utilizadas.

El lunes 29 de abril hablará Pedro Sánchez para decirle al país qué decisión ha tomado tras unos días de reflexión. 

No sé qué nos dirá. Sé lo que diría yo. El ataque no va contra la persona, sino contra lo que representa. Y eso nos afecta a todos. 

Pero advierto un detalle tremendo. En los últimos 10 años he visto abandonar a varios políticos muy validos de diversos partidos políticos, todos ellos muy quemados por los mismos motivos. 

Yo no tengo que defender ni a un Presidente al que nunca he votado, ni al partido que representa. Saben hacerlo muy bien ellos mismos. Pero sí creo que ha llegado el momento de tomar precauciones con la actual situación. 

La obligación de los ciudadanos es la de defender también a sus representantes. Podemos no entender esto, entra dentro de lo posible e incluso en estos tiempos…, de lo lógico. Pero reflexionemos y admitamos la duda de qué será lo próximo, pues algunos ya lo sabemos perfectamente. 

Conseguir algo cuesta mucho, perderlo a veces, solo unos minutos.

Algunos se felicitarán por lograr estos abandonos que siempre se producen desde determinadas ideologías. Otras ideas políticas saben que estar en política sirve para defender los intereses de sus amigos.

Nadie es imprescindible. Nadie debe estar en un cargo si no es respetado. Pero la Historia (con mayúsculas) nos enseña qué sucede cuando esto se produce. 

Desde hace algunos miles de años y en casi todos el mundo además, jugar con fuego político, casi siempre, muchas veces, demasiadas, termina quemándonos a todos.

Julio Puente

22.4.24

Mentir no es pecado. Nada es pecado

Dibujo de Gustavo Otero, para el libro "Esta boca es mía"
Entre mi primo y su cuate,
de polizón, en la gira,
por menos de una mentira,
se coló don disparate.

J. Sabina

Mentir no es pecado. Nada es pecado. Si acaso es mala educación, es cabronada, es zancadilla…, pero mentir no es pecado.

No existen los pecados. A ciertas edades ya no mentimos, simplemente se nos olvidan las verdades.

Por eso a ciertas edades ya no pecamos y tenemos asegurado el cielo. Lo malo es que no existe. Nos aseguran sólo… lo que no existe.